25.2.06

Arte y Archivo 1: Expo. 27 de Agosto 2009, G.A.M.

7 PROPUESTAS SOBRE ARTE Y ARCHIVO:

27 de Agosto del 2009, exposición en la Galería de Arte Mexicano.

Un momento durante la primer sesión intensiva que abordó cuestiones sobre los archivos del arte acción el 5 de Agosto del 2009 en el MACG. Foto Eduardo Egea.

Un importante recurso que tienen actual vigencia en el contexto global, es
la utilización de archivos e información, el uso de éstos recursos se remonta a Hanne Darboven, Joseph Kosuth, el Group Material, la compleja experiencia socio-política de Tucuman Arde en Argentina, Mel Bochner, Anna Oppermann, más recientemente Mark Lombardi, pasando por artistas de mediana carrera como Liam Gillick, Knowbotic Research, Wali Raad y su Atlas Group, Antoni Muntadas, el especialista sonoro Ryoji Ikeda, así como artistas emergentes del tipo de Erick Beltrán, Mafalda Santos, Julian Montague, Lia Perjovschi, Sean Snyder, Fiona Banner, Mariana Castillo Deball, Fernando Bryce, Jan De Cock, etc.; como parte de éste ambiente, en el panorama local se realizaron en el Museo Carrillo Gil de laCiudad de México una serie de sesiones intensivas el 5 y 6 de Agosto del 2009 en torno a la exposición, Arte no es Vida, Acciones por Artistas de las Américas, 1960-2000, importante muestra organizada por el Museo del Barrio en Nueva York curada por Deborah Cullen; durante las sesiones, artistas, teóricos, curadores y otros especialistas locales e invitados reflexionaron sobre sus experiencias en torno a la incidencia del registro documental y visual sobre una de las experiencias efímeras por antonomasia que es el Performance; ejemplos de éste tipo u afines han surgido por todo el mundo, lo que es particularmente sintomático de una exposición titulada simplemente con la fecha en la que se inauguró, 27 de Agosto del 2009, es que si bien refleja la utilización de archivos, recurso en boga global, su sentido en ésta muestra también es resultado de las peculiaridades del entorno local del arte y la idiosincrasia cultural mexicana, escenario marcado por un relativo aislamiento y las jerarquías políticas internas, pero sobretodo, por una extraña mezcla en nuestros artistas de pertinente inquietud y simultanea desinformación en el uso de los archivos, de grandes posibilidades en su uso pero en general marcados por su abandono conceptual; ésta exposición llevada a cabo en la Galería de Arte Mexicano tuvo la participación de Álvaro Castillo, Andrés Villalobos, Eduardo Olivares, Diana María González Colmenero, Benjamín Torres y Diego Teo. Estos son tres ilustrativos ejemplos de lo mostrado en esa ocasión:

Diana María González Colmenero presentó Documento Sobre lo Habitableuno de los conjuntos en la muestra más interesantes y sugerentes – por ser un archivo inconcluso –; a través de una maqueta, fotografías recopiladoras de trabajos de otros artistas, pietaje cinematográfico, video y un diagrama; con este cumulo de recursos, Diana realizó un fragmentario recorrido por la noción de “lo habitable”, y la cual podría suponer la investigación de una tesis teórica o incluso el boceto de una curaduría; una de las premisas fundamentales de su propuesta, es la siguiente: “Antes de la casa está la relación con la apropiación, y de qué modo se encuentra en relación con el trabajo de otros, un intercambio”; a partir de éste enunciado, lo seductor de su planteamiento no es realmente la exploración del tópico de lo “habitable”, cuyo planteamiento resulta ser muy general y francamente se encuentra mal desarrollado, se nota conceptualizado precipitadamente y muestra lagunas notorias; por ejemplo, el núcleo de la exposición, es un diagrama – ilustrado en la imagen – donde establece arbitrariamente una serie de relaciones entre conceptos como, público, privado, habitar, medio ambiente, fotografía, literatura, individuo, pareja, recuerdo de infancia (¡¿!), vital, etc. y el trabajo de artistas que han abordado la noción general del entorno habitable, de Marcel Proust a Andrea Zittel, de Le Corbusier a Begoña Morales, de Dan Graham a Tadashi Kawamata además de una simple mención a La Poética del Espacio de Gaston Bachelard, entre otros; pero lo que es en verdad atractivo, es lo sugerente de sus omisiones: Por ejemplo, sorprendéntemente, aun cuando Diana Maríaenumera a un escultor multidisciplinario poco difundido como Stefan Eberstadt, no sitúa en su diagrama al famoso Atelier Van Lieshout y sus divertidas viviendas móviles, e incluso, omite al artista por antonomasia de la relación arte-hábitat, Gregor Schneider, ámpliamente conocido por las interminables transformaciones que ha realizado a su propia casa; a la genealogía planteada por González Colmenero, se antoja agregar los nombres del Bow Wow Atelier, reputado dúo por sus teorías sobre construcciones híbridas y la idea de la Pet Architecture; así podemos seguir agregando otros artistas o colectivos conocidos por abordar directa o tangencialmente el tópico de lo habitable, como: El Detroit Collaborative Design Center (DCDC), Michael Beutler, Tomás Saraceno, Christoph Büchel, el escultor-activista Dan Peterman, el proyecto Land For Free, los diseñadores de arquitectura Tobias Lehmann y Floris Schiferli, Carlos Bunga, Luc Deleu y su vinculo con la T.O.P. Office, Petin & Grégoire, el desaparecido duo N55 y sus viviendas miniatura, Lucy Orta y su ropa habitable, Mike Nelson y su Psychic Vacuum, el projecto Rural Studio de la Escuela de Arquitectura en la Universidad de Auburn, en Alabama, E. U., el sensacional colectivo Gelitin (antes deGagosian), Interbreeding Field (IF) de Taiwan, el Gruppo A12 de Italia, e incluso Tobias Putrih y el colectivo MOS o el vinculo entre el arquitecto Bernd Kniess y el investigador en urbanismo Leonhard Lagos, así como la mancuerna entre el arquitecto Srdjan J. Weiss y Marjetica Potrc, artista última a quien Diana si enlista; extrañamente, tampoco se mencionan artistas Mexicanos que han realizado obra estrechamente vinculada a éste tópico, como Pedro Reyes, José Dávila, René Hayashi o Héctor Zamora y su inolvidable intervención parasitaria al Museo Carrillo Gil, Paracaidista, 2004, rudimentaria vivienda donde Zamora vivió tres meses, construcción que se encontraba suspendida en el punto más alto del exterior del museo nutriéndose gratuitamente de recursos como luz y agua de la propia institución; otros conceptos que podrían completar lo iniciado por Diana María, son una más amplia investigación histórica entre urbanismo y vivienda, la cultura del Do it Yourself y los bajos presupuestos directamente asociados a la arquitectura alternativa experimental o a la relación de ésta con el arte, además de tópicos plenamente formalizados y en boga como el de reciclaje y el de sustentabilidad. Pero ¡HEY!, estimado lector, no se deje engañar por la aparente pedantería regañona de éste intento por ampliar el loable esfuerzo de Diana María, confieso distar en ser un experto del tópico, ya que mañosamente completé mi propia información con la magia de Google, herramienta que me llevó en poco tiempo a dos exposiciones recientes y de las cuales obtuve referencia respecto a la mayoría de los artistas antes citados: Talking Cities, muestra efectuada durante el 2006 en las instalaciones de la ex-mina de carbón del Zeche Zollverein, en Essen, o la expo conmemorativa del cuarenta aniversario de la Hayward Gallery en Londres, Psycho Buildings: Artists Take on Architecture, 2008; de éste modo, es pertinente invitar a quien esto lee en apropiarse del proyecto-archivo de Diana y a su vez completar sin tapujos lo iniciado por ella, tal y como maliciosamente yo lo hice, ello con la finalidad de hacer surgir el verdadero sentido de lo desatado por la propuesta de ésta artista, donde a partir de la noción de apropiación e intercambio con el trabajo de los otros, y que a la postre se concreta como un esfuerzo colectivo, se puede dilucidar que todo archivo o recopilación de información es inútil si no genera un conocimiento, el cual finalmente nos lleva a una mejor comprensión de nuestra cultura y por lo tanto de nosotros mismos. Foto Eduardo Egea.

Una consideración más: En el medio del arte contemporáneo son poco frecuentes las exposiciones con un discurso rigurosamente concebido, so pretexto del postmoderno fin de la historia y la muerte de la originalidad y la innovación, la cuales se han vuelto un tabú, la mayoría de las exposiciones que se curan en los museos del mundo, más bien han reducido al arte a ser una mera ilustración temática o narrativa de tópicos antropológicos o sociales, e incluso el arte ha sido adoptado por los museos como una cómoda crítica política o cultural plenamente institucionalizada; el medio mexicano del arte, carece de curadurías rigurosas sobre arte contemporáneo, las escasas que se generan, más bien implican una cómodamente tardía revisión histórica o son una laxa plataforma para la promoción de artistas emergentes; Documento Sobre lo Habitable, pieza realizada por una artista, puede ser vista como una proto-curaduria que busca inconscientemente paliar éstas carencias, convirtiéndose desde la práctica artística en un actual síntoma de la apremiante necesidad por realizar una lectura rigurosa y académica de los procesos por los cuales las numerosas manifestaciones artísticas, además de encontrarse profundamente interelacionadas, se constituyen como fenómenos culturales sumamente complejos.

Diego Teo, presentó con Casi Basura un montaje en donde la creación de archivos se constituye como un proceso intuitivo abierto e incompleto cercano a la cultura popular; el artista dispone una serie de lonas y muebles con objetos que recuerdan puestos ambulantes callejeros, donde a través del encuentro fortuito y la observación imaginativa, nos muestra una aleatoria colección de objetos hermosos y sugerentes pero inútiles, o incluso innecesariamente funcionales: Diego presenta en la Galería de Arte Mexicano o describe en la publicación adjunta una serie de “piezas incidentales” que conforman un mercado-museo-archivo infinito, compuesto por una buena diversidad de objetos, como unos candados cortados con segueta que sugieren un incierto crimen, una piedra que finalmente es la justa unión en cemento de tres ladrillos rojos, el lado de uno de ellos y el vértice de los otros dos, o un vaso roto vuelto a unir por espuma expansiva que desborda el volumen del recipiente desarticulando sus fragmentos, así como una colección de huesos de animales que sugieren otras formas: El cráneos de una rata o la mandíbula de un tiburón, la garra de un tigre, la vertebra de una vaca, un esqueleto humano de plástico en miniatura, diversidad de piedras, pequeñas cabezas, corales, figuras de chocolate, montones de obsoletos cassettes, zapatos intervenidos por el artista, maquetas de proyectos, raidolitos insecticidas – como los que se ven en la foto en primer plano –, fragmentos de materiales, botellas, su ya conocida colección de nidos de ave; en fín, una especie de mercado de pulgas de lo inútil pero hermoso o sugerente, reunión que evoca los mismos mecanismos de los mercados informales, como el de San Felipe de Jesús en la Gustavo A. Madero donde puede uno encontrar infinidad de chacharas oEl Salado en Iztapalapa, que tiene la fama de que el 80 por ciento de lo que se vende es robado o pirata; A partir de la cultura nacional de la pobreza, la improvisación y escasez de oportunidades, Teo recicla el espíritu que genera la epistemología de lo informal, para volverlo un boceto documental de la manera en que las apremiantes necesidades populares crean mecanismos de adaptación y sobrevivencia. Con ésta exposiciónDiego Teo proporciona a su trabajo un mayor contenido social, cuestión que ya se veía venir desde su exposición Otra Vez Termino, Otra Vez Comienzo, 2008, en la Sala de Arte Público Siqueiros, SAPS; esto implica una maduración en su trabajo, pero también lo pone en el aprieto de abordar problemas sobre la connotacción social de los materiales y objetos, aspecto ya ámpliamente experimentado por otros artistas de gran efectividad, como David Hammons, Jimmie Durham, Simon Starling o Moris, es cuestión de esperar a ver si éste giro en la obra de Teo resulta en un camino que en indeterminado plazo marque los logros y personalidad de la obra de éste artista. Foto Eduardo Egea.

La primer imagen de aquí abajo es un vistazo a una de las piezas presentadas por Benjamín Torres, que es una intervención a las páginas de la revista Art World en su edición de Febrero-Marzo del 2008, las cuales canceló parcialmente con un mínimo recuadro de color puro dejando solo el texto visible, estableciendo así una ambigua relación entre la imagen oculta y el color con que el artista decidió cubrirla.

Benjamín Torres logra con el trabajo presentado en la Galería de Arte Mexicano volver el archivo un proceso cercano a la cancelación del significado, extendido recurso crítico del arte conceptual histórico –Victor Burgin, John Baldessari, Giulio Paolini, etc. e incluso de experiencias locales como las de Erick Beltrán, Iñaki Bonillas o Ricardo Cuevas –, otra característica recurrente en éste artista es la acumulación, como en su serie de 24 vaciados en yeso, Contenido Neto, 2006, en donde utilizó como molde el interior de los empaques de productos típicos de cualquier supermercado, reproduciéndolos en serie y presentándolos en anaqueles listos para ser consumidos por el coleccionista; en el montaje de su exposición, Inventario, en Ex-Teresa, de Septiembre a Noviembre del 2007, ya es particularmente patente el vínculo entre serialidad, acumulación e imagen, en ésta muestra experimentó con el consumo de los artículos de mercado así como con la publicidad de sus presentaciones; aun cuando ya se anunciaba en alguna colectiva, es en la exposición individual Skin Deep – Superficie, llevada a cabo del 4 de Septiembre al 15 de Noviembre del 2008 en la galería Hilario Galguera de la Ciudad de México, que Torres asume con mayor precisión su inclinación por la acumulación pero ésta vez dirigida a la exploración de las imágenes, ya que en una vorágine visual y plástica las interviene perforándolas, también las intercala o sobrepone, cancelando o alterando así su significado, logrando con éste proceder abordar con frescura una técnica como el Collage e incluso la del Decollage deRaymond Hains y Jacques de la Villeglé, coqueteando a su vez con el espíritu de la repetición serial deWarhol; sus intervenciones de imágenes impresas en algo recuerdan el encanto seductor de Daniele Buetti, distanciándose así de la herencia del Pictures Group (Cindy Sherman, Sherrie Levine, Richard Prince,Jack Goldstein, etc.) e incluso de los intereses de creadores emergentes como Carol Bove, Chivas Clem oNate Lowman; así, el trabajo de Torres a diferencia de éstos artistas tiene la peculiaridad de entablar un dialogo-lucha entre la construcción conceptual de la imagen y la ejecución manual, cuasi artesanal, que implica una búsqueda estética plástica y expresiva; sin embargo, las piezas presentadas en la exposición del27 de Agosto del 2009 en la GAM al abordar la técnica de la cancelación revelan la inquietud del artista por sondear con mayor profundidad el significado de las imágenes, esto lo sitúa en un nuevo problema, que es el lidiar simultáneamente con la herencia moderna de la experimentación formal plástica, pero también con el apabullante cuestionamiento que se le ha hecho en los últimos cuarenta años a la imagen; de tal modo, que la propuesta de Benjamín Torres se encuentra exactamente en la misma difícil encrucijada que empieza a tener mucho del arte actual respecto a la representación visual: Revisar la tradición de lo formal heredada por la modernidad, sin descartar el aspecto crítico, auto-consciente y escéptico que ha desarrollado laposmodernidad artística respecto a sus imágenes desde la segunda mitad del siglo veinte. Foto Eduardo Egea.

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