Carissa Rodriguez. DOS: Expos / Vacío + Simulacro.
Carissa Rodriguez, Busque el Ghost, Gaga Arte Contemporáneo.
Abajo a la izquierda, una toma nocturna de la obra, Sign (Stellet Licht), 2010, (Signo, Luz Silenciosa) anuncio luminoso hecho de tela de PVC, lámparas fluorescentes y marco de aluminio, 90 x 795 x 24 cm. Al centro una perspectiva general de la muestra, y a la izquierda, vista trasera de la pieza, Screen (Distant Star), 2010, pintura para pantallas sobre tela de PVC y rótulo de vinil, bastidor de aluminio, 84 x 563 x 3 cm y 84 x 218 x 3 cm, conjunto sobre el que se proyectó la copia única de un vídeo de alta definición transferido a DVD, 45 minutos. Fotos cortesía Gaga Arte Contemporáneo, salvo, vista trasera de Screen (Distant Star) por Eduardo Egea.
Carissa Rodriguez es una artista vinculada a Reena Spaulings Fine Art, quien presentó en la Galería Gaga su exposición Busque el Ghost del 17 de Enero al 27 de Febrero del 2010, y que puede ser vista como una continuación de la exposición, Cherchez la Ghost, montada del 20 de febrero al 21 de marzo del 2009 en el espacio de Basilea, Suiza, New Jerseyy, donde presentó nueva obra "... en búsqueda de la buena vida (y el fantasma amistoso en la superficie del mundo material)", realizando aproximaciones a la cultura popular en los medios de comunicación, así como You Tube y el mundo de la moda, explorando nociones como la distancia entre las mercancías y su vínculo con la dicotomía de la apariencia-arrogancia; en esta ocasión, mostró una serie de piezas en las que se puede deducir que abordó el vacío y la entropía (ó "drenado" de energía, según Robert Smithson) de los significados visuales que se generan - entre otros motivos - por el paso de un medio de representación a otro: Carissa sustituyó el viejo rotulo en el exterior de la galería por una refulgente caja de luz, pero dejándola vacía, sin texto o rubrica de Gaga, transformándola en una pieza minimalista que no anuncia nada más que su luminosa presencia; el anterior y viejo rotulo que anuciaba a un negocio de venta y mantenimiento de equipo para la reproducción de imágenes, (proyectores de vídeo, impresoras, escaners, etc.), lo introdujo al espacio de exposición, pintándolo con la formula TV White, que es una de las mezclas que se utilizan para cubrir a las pantallas cinematográficas y hacer de su blanco vacío receptáculo de todas las imágenes del mundo; la artista proyecto sobre la reliquia en que se convirtió el anterior rotulo, los fantasmas ampliados de las casi imperceptibles grafías que alguna vez anunciaron al negocio anterior que ocupó el mismo local; estos espectros visuales, extrañamente, se empataban en su proyección con rasgos del vacío cultural actual a través de la reproducción del audio de la llegada de celebridades como Paris Hilton, Madonna, Mariah Carey, etc. al famoso restaurante Nobu, que en su ligereza etérea, contrastaban con la pesadez de la hiperrealista reproducción en bronce de una bolsa de papel de este mismo restaurante fundado por Nobu Matsuhisa en agosto de 1993.
Arriba a la izquierda se aprecia un detalle de Screen (Distant Star). Al centro, la escultura, Painted Bronze, (Hurt Locker), 2010, bronce fundido de 31 x 25 x 18 cm. A la derecha, una de las impresiones de inyección de tinta de la serie de seis, Chantilly, 2010, 80 x 80 cm. Fotos Eduardo Egea, excepto detalle de Screen (Distant Star) cortesía Gaga Arte Contemporáneo.
La conjunción entre una revisión histórica de un hecho, y el desgaste de los significados debido al traslado de un medio de representación a otro, se manifiesta en la serie de reproducciones, Chantilly 1 a la 6, ya que alrededor de ellas levitan fantasmales más de doscientos años de turbulenta y trágica historia en la fabricación de encajes: Estos elaborados tejidos datan en su manufactura desde el siglo XVII en la ciudad francesa de Chantilly, época y lugar donde la Duquesa de Longueville organizó su producción; este tipo de tejido era especialmente apreciado por María Antonieta y Madame du Barry, personajes guillotinadas a la luz de la Revolución Francesa en 1793, y es debido a esta circunstancia, que los propios productores de encajes fueron vistos como protegidos de la realeza y a la postre también fueron ejecutados; aun cuando a principios del siglo diecinueve Napoleón I logró revivir la aceptación de este tejido, el revés histórico anterior, puede verse como la primer señal del desgaste en el sentido de este producto cultural, ya que dejó de ser manufacturado en Chantilly para más bien producirse en la región de Normandía; pero un golpe aún mayor para el Encaje de Chantilly, producto que alcanzó su máxima popularidad en 1830, se dio en 1844, justo cuando se patentó una máquina que podía reproducir rápidamente el tejido, haciéndolo visualmente indistinto de su lenta y cara manufactura manual; así, Carissa en esta exposición, transforma en un espectro la intrincada historia del Encaje de Chantilly, al nuevamente transferir este icono de la producción manual hacia una otra técnica de reproducción mecánica, pero a diferencia de 1844, emplea esta vez la tecnología en imágenes digitales impresas por inyección de tinta, apelando a su vez, al concepto marxista de fantasmagoría, el cual señala la fetichización de las mercancías, donde las personas y sus relaciones son sustituidas por los objetos que consumen, proceso que ha surgido desde la revolución industrial y hasta la warholiana perdida actual del "aura" de autenticidad en el arte debida a su incesante reproducción serial.
http://www.robertsmithson.com/essays/entropy_and.htm Sobre la entropía como fenómeno estético.
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