26.2.06

Adela Goldbard. UNO: Expos / Vacío + Simulacro.

Cinco Exposiciones Sobre el Vacío y el Simulacro.


Existe un vínculo inherente entre la simulación y la actual era del vacío, ya que la simulación como impostura se manifiesta como la gradual perdida de los significados y el sentido; pero, este fenómeno se torna mucho más complejo cuando emerge desde el campo artístico, debido a que revela diferentes rasgos del status quo social: De tal efecto, que Carlos Ranc emplea en su exposición un cruce de líneas históricas que nos revelan las raíces de nuestra desgastada concepción tanto del arte prehispánico como del arte abstracto, lo cual nos permiten detectar la emergencia de la simulación y el vacío como fenómenos culturales actuales. Ximena Labra refiere sarcásticamente como la antigua función del arte público de conmemorar acontecimientos históricos y comunitarios ha devenido en un distante y hueco simulacro. Marion Sosa evidencia en su exposición como los artistas actuales han dejado de lado las habilidades manuales para más bien ejercer un poder de elección, cuestión que derrumba las oscuras preconcepciones donde se considera al fenómeno creativo como un proceso indeterminado y misterioso. Carissa Rodriguez sondea los efectos de la transcripción entre una y otra forma de representación, poniendo en evidencia los distintos grados de desgaste simbólico que este transito implica, tanto en el plano histórico como en el cotidiano; y Adela Goldbard, quien a partir de elaborar una serie de simulacros sensoriales y jugar con nuestra percepción visual, desarrolla distintos vínculos con ejemplos del arte histórico europeo y norteamericano que nos permiten reflexionar sobre cual es el lugar del artista periférico ante la perenne expansión del arte contemporáneo.


Adela Goldbard, Non Reflex, Galería Enrique Guerrero.

A primera impresión, el proyecto de Adela Goldbard, Non Reflex montado en la Galería Enrique Guerrero del 26 de noviembre del 2009 al 9 de enero del 2010, recuerda a los cuatro cubos minimalistas hechos con espejos similares a taburetes de Robert Morris, y que este artista presentó en su segunda exposición en la Green Gallery de Nueva York en 1965; de manera más directa, John McCracken ha anticipado las “esculturas” de Goldbard a través de columnas fotografiadas en medio de la naturaleza o en desnudas salas de exposición, piezas intemporales realizadas a principios del siglo veintiuno en metales reflejantes como el acero inoxidable o el bronce, los cuales han sido tan pulidos que se han tornado espejos; sin embargo, este parecido de las intervenciones de Goldbard con estos artistas es aparente, ya que la obra de esta joven artista va más lejos, debido a que no está realizada con la mirada del escultor minimalista que crea una paralítica obra eterna, sino de la fotógrafa, más interesada por el instante temporal y los problemas de la representación y la percepción.












Arriba a la izquierda, una vista de la inauguración el 26 de noviembre del 2009, y dos stills del vídeo, Non-Reflex 12, 2009. Fotos Eduardo Egea.


Otra coordenada histórica que es apremiante situar, involucra a las intervenciones en espacios abiertos de artistas del Land Art como Mary Miss, Alice Aycock, Nancy Holt, Robert Smithson, Walter De Maria, Michael Heizer, etc.; no obstante, nuevamente esto es solo aparente, ya que más allá del peso que conlleva una contextualización teórica e histórica como la que Rosalind Krauss realizó en su seminal ensayo, La Escultura en el Campo Expandido (Sculpture in the Expanded Field, Revista October 8, 1979), esta serie de obras en Non Reflex más bien contravienen el espíritu idealista de estos artistas y su vehemente involucramiento con la naturaleza por medio de la expansión escultórica; Goldbard con sus simulacros fotográficos “contamina” los límites entre dos grandes opuestos, naturaleza – arte, al fusionar los límites de la realidad con la representación fotográfica a través de intervenciones efímeras – y que paradójicamente causaron en su ejecución mucho menos daño en la naturaleza que las propias obras del Land Art histórico-; así, mientras que para los artistas de los setenta el arte es una herramienta con la que literalmente nos fusionamos con la naturaleza, para esta artista la estrecha relación entre arte y naturaleza es una prueba más de lo huidiza que es la simple percepción de la realidad.

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Tres ejemplos de esta serie: Non-Reflex Number One, 2008, Non-Reflex 9, 2009 y Non-Reflex 10, 2009, estas piezas son impresiones digitales sobre papel metálico en edición de 6, 90 x 115 cm. Fotos cortesía galería Enrique Guerrero, excepto Non-Reflex Number One por Eduardo Egea.


Con más afinidad con artistas como Lothar Baumgarten, por su oposición entre cultura y naturaleza, Jan Dibbets, quien ha explorado la tensión entre percepción y representación fotográfica, e incluso, con Cindy Sherman por la efímera puesta en escena de un simulacro fotográfico, o con más precisión, con Victor Burgin, quien desde fines de los años sesenta ha cooperado en socavar al entendido de la fotografía como portadora de una verdad inamovible, Adela Goldbard ha logrado en esta exposición y con gran economía de medios, conjugar todas las viejas inquietudes aquí analizadas; y es precisamente este refinamiento, el que nos permite identificar uno de los rasgos más constantes que tiene la producción contemporánea en los artistas jóvenes, que es el realizar citas voluntarias o involuntarias a procesos y obras históricos, para asimilarlos y dominarlos hasta el punto que impliquen una fresca renovación del conocimiento antecedente, – el caso más complejo desde México es Gabriel Orozco y su reinterpretación inicial del Arte Povera –; de tal modo, que artistas emergentes de la periferia mexicana como Goldbard, se desenvuelven en una coyuntura en donde a partir de establecer un contrapunto con el conocimiento establecido del primer mundo, cimentan las bases para proponer sus propias aportaciones, ello en un contexto crítico, en donde el devenir de las generaciones y las culturas pone en entredicho geográfico y político, los límites y los lugares comunes de lo que entendemos por el arte contemporáneo.

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