El Arte + Allá de Sí Mismo. Emily Sundblad, Si Me Dejas te Destruyo, Gal. Gaga
Emily Sundblad, Si me Dejas te Destruyo, Galería Gaga.
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Actualmente, pareciera que muchos artistas han dejado de lado su interés por el arte, para más bien ponderar una identidad artística que funciona como un código de inserción y visibilidad en el negocio del arte; esta condición se nos revela, cuando nos percatamos que en el proceder de muchos de ellos, se ha pasado a un segundo plano el cultivar un sólido discurso, para dar prioridad al desarrollo de una carrera, donde el currículum tiene más peso que asumir un compromiso creativo; de tal modo, que para muchos artistas y especialistas del arte, el obtener una identidad, es un mero efectismo que deriva en la obtención de una relativa y efímera visibilidad y legitimación, estrategias que a final de cuentas, apuntan a la inserción en un mercado; estos y otros múltiples aspectos son abordados en el análisis de la siguiente exposición de Emily Sundblad:
Bernadette Corporation es un ambiguo colectivo fundado en 1994 (surgido en paralelo al Luther Blissett Project), y que ha desmenuzado la noción de identidad tanto personal, como a manera de una estrategia de marketing; las estrategias de B.C. abordan aspectos asumidos por parte de los artistas en la búsqueda de un posicionamiento en el mercado, así como actitudes inconscientes de trasfondo gregario que manifestamos al querer ser socialmente aceptados; para ello, esta inaprensible organización, ha implementado una gran diversidad de actividades que rebasan la frontera de convenciones artísticas como el vídeo, el performance o la instalación, para incluir como parte de sus prácticas, el diseño de modas, la publicación de una revista, la organización de fiestas o el rodaje de películas; sin embargo, uno de los más interesantes e inaprensibles proyectos en los que ha participado Bernadette Corporation y que explora la noción de la identidad como un fin artístico y comercial, fue la fundación de una galería de arte, Reena Spaulings Fine Art, que es simultáneamente, tanto una galería operativa desde el 2004, como una artista visual ficticia y el personaje central de una novela escrita en colectivo por un Think Tank coordinado por B.C.; los iniciadores de Reena Spaulings Fine Art son John Kelsey y Emily Sundblad; Kelsey es a su vez uno de los fundadores y permanente miembro de Bernadette Corporation, y Sundblad es una artista de origen sueco, que ha desempeñado tanto los roles de galerista, como de actriz, pintora, curadora o cantante – por ejemplo, ha cooperado con su voz en el trío Tvillingarna, con quienes también realiza performance –; esta diseminación de fronteras vocacionales en Sundblad, se encuentra en concordancia con lo que se pudo ver en los tres eventos efectuados para esta ocasión en la Ciudad de México; Sundblad presentó un par de performances en los que cantó una serie de canciones, la primera fecha, fue el diez de marzo en el Centro Histórico del Distrito Federal; la segunda acción, se realizó al día siguiente en la Galería Gaga en Durango 204 en la Colonia Roma, y simultáneamente, a unos cuantos pasos de esta dirección, al exponer seis de sus pinturas en el restaurante Contramar. El titulo de la exposición fue, Si me Dejas te Destruyo, y apela a la relación de amor-odio que suelen desarrollar los galeristas para con sus artistas, donde la ambigüedad de límites entre el negocio y los vínculos personales tienden a generar confusiones y malentendidos; de tal modo, que este gaje es a su vez, una más de las diseminaciones de fronteras a las que nos tienen acostumbrados tanto Bernadette Corporation como Reena Spaulings; según Sundblad: “El título es una cita textual de una entrevista con Gilbert y George en la que hablan de su relación con el galerista Konrad Fischer, quien supuestamente los amenazó con esa misma frase, a la cual responde el dúo, ‘esto comprueba lo mucho que nos estimaba’ "; a lo que Sunblad agrega: "En pláticas con mis colegas galeristas surge recurrentemente el sentimiento físico y mental de ser simultáneamente creados y destruidos por nuestro trabajo".
Mi Viejo, pieza de Piero de Benedictis y José Tcherkaski es una de las más conocidas canciones latinoamericanas del siglo veinte; las distintas versiones de ésta pieza rondan las trescientas, o como señala el propio Piero, "Ha sido grabada en francés, en inglés, en salsa, en versiones hasta absurdas a veces, pero la canción, cuando uno la hizo y la cantó, ya no es de uno".
Las otras dos canciones que Emily interpreta, son Gloomy Sunday y la fusión de I Hope / The Beautiful Ones, ambas en inglés: Gloomy Sunday fue creada en 1933 por el compositor y pianista autodidacta de origen húngaro Rezső Seress; según Michael Brooks, un experto en Billie Holiday, alrededor de esta canción se construyó una brillante campaña de marketing donde se le promocionaba como la "canción húngara del suicidio"; la leyenda rezaba que al escuchar Gloomy Sunday, los amantes no correspondidos eran hipnotizados y llevados a saltar por la ventana, tal y como pocos años antes, otra falsa leyenda urbana, había difundido que debido a la caída de la Bolsa de Valores en Nueva York, los inversores que habían perdido todo se suicidaban de la misma manera; pero, aun cuando Seress efectivamente se suicidó arrojándose al vacío en 1968, la enorme mayoría de los rumores de supuestos suicidio motivados por esta canción resultaron infundados, cuestión que no impidió que las estaciones de radio la vetaran o las autoridades ocasionalmente la prohibieran; lo que si es verídico, es que Gloomy Sunday es un monumento cultural a la decepción y la tristeza amorosa, ya que ha sido interpretada infinidad de veces por una notable cantidad de voces: El titulo original en húngaro es Szomorú Vasárnap, probablemente, la primer grabación de esta pieza la realizó en 1935 Pál Kálmar; una serie de interpretes la introdujeron a los Estados Unidos en 1936, como Paul Robeson; las orquestas de Hal Kemp o Paul Whiteman la grabaron cada uno el mismo año y Artie Shaw lo hizo en 1940; sin embargo, fue Billie Holiday quien la volvió inmensamente popular en 1941; a partir de ahí, la variedad de interpretes ha sido muy rica y prácticamente ininterrumpida, ya que ha comprendido a decenas y decenas de voces y arreglos, como Shelly Manne & Bill Russo, (1951) Ricky Nelson o Mel Tormé,(1958), Eila Pellinen la grabó en 1959 en finlandés, Sarah Vaughan en 1961, así como Ketty Lester lo hizo en 1962; Jimmy Smith la interpretó en 1965, también la han grabado Ray Charles (una fallida versión de 1969), el cantante japonés Akihiro Miwa y Carmen McRae en 1968, Jimmy Witherspoon, 1975, etc. Desde los años ochenta ha sido interpretada por Alan Moores, Serge Gainsbourg, Marc (Almond) and the Mambas, Lydia Lunch, Peter Wolf, Sinéad O'Connor, Marianne Faithfull, Gitane Demone, Branford Marsalis, The Smithereens, Björk, el Kronos Quartet, Diamanda Galas, Sarah McLachlan, Elvis Costello & The Attractions, Lucía Jiménez, Heather Nova, etc.; hasta Sarah Brightman realizó una versión como para ambientar un elevador o los pasillos de un supermercado; incluso, la letra original de Seress ha sufrido radicales transformaciones, la versión que la popularizó en Hungría es del poeta László Jávor, la más difundida en el mundo gracias a Holiday es la escrita por Sam M. Lewis; una más lúgubre es la de Desmond Carter, y que es la misma que interpretan tanto Diamanda Galas como Emily Sundblad; existen también variaciones en francés (por Damia, 1936), español, y hasta un cover rapeado de Eminemmylou del 2005. Es precisamente toda esta densidad cultural que abarca más de setenta años a la que apela tácitamente la mesurada versión de Gloomy Sunday ejecutada por Sundblad en el 2010, condición que por supuesto, tiene implícita la diseminación de la noción de autor y obra a través de un dilatado proceso cultural colectivo.
La interpretación consecutiva, a manera de medley (popurrí) de las canciones, I Hope de Bobby Charles, 1964, y The Beautiful Ones del disco, Purple Rain, 1985, de Prince and The Revolution se fusionan sólidamente gracias a la brillante interpretación de Sundblad y Drungle, quienes logran unificar ambas canciones, sin perder en un sólo momento, tanto la intensidad expresiva como la solidez en la ejecución, creando así la impresión de que se trata de principio a fin de una sola obra; la versión resultante de Sundblad-Drungle es tan distinta de las piezas originales de Prince y Bobby Charles, que de nueva cuenta se evidencian las dificultades para diferenciar a un autor de otro, ello a partir de un logrado proceso de Détournement que unifica la compatibilidad y las contradicciones de ambas citas.
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'Como frecuentemente se suele decir, el mundo del arte es uno de los últimos negocios donde los acuerdos se formalizan con un simple apretón de manos; esta observación, tiene implícita el lugar central que desempeñan las relaciones comerciales en el mundo del arte, donde el empeño de la propia palabra, obliga a un alto nivel de compromiso y responsabilidad entre las partes; en determinadas fases del proceso, las negociaciones llegan a superar en relevancia, ya no digamos a los artistas, sino incluso a sus propias obras, fenómeno que Marx definió como "Abstracción Real"; Sundblad, transparenta los mecanismos del arte de negociar con arte, al exponer virtualmente en la galería Gaga la pintura, Mujer en Mascada Negra, 1942, óleo sobre tablero, 18 1/4 x 14 3/4 in / 46.6 x 37.2 cm, del pintor surrealista Francis Picabia; esta pieza fue expuesta gracias al internet en las paredes de la galería desde el 11 de marzo y hasta mediados de abril por medio de un i-chat en vivo desde Nueva York; en el caso de que la pintura fuera vendida por la galería Gaga, esta recibiría como comisión por parte del depositario de la obra, la galería Michael Werner de Nueva York, un 10 por ciento del valor total de la venta; según Sundblad: "La proyección del Picabia se vuelve en éste caso una película / llamada telefónica de seis semanas; persuasión como obra de arte.”; así, la seductora y prolongada labor de convencimiento que los dealers suelen realizar cotidianamente por teléfono para colocar una pieza, tiene como efecto la desmaterialización de lo que se ofrece en venta, y que es en este caso, paradójicamente, una pintura, objeto que pasa a un segundo plano al simultáneamente materializar la explicita negociación (revelada con toda intención en el comunicado de prensa), entre Michael Werner y Gaga por intermediación de Reena Spaulings Fine Art; después de este análisis, se torna evidente que estas dos últimas acciones son complementarias, ya que ambas apelan aquello que se omite: Al momento en que Emily Sundblad expone sus pinturas fuera del mundo del arte, emergen como fantasmas, los mecanismos de legitimación del arte, y si tres galerías transparentan la negociación que efectúan con una pintura virtual, resulta, que por más inmaterial que pueda parecer la obra en cuestión, esta siempre puede ser sujeto de venta, tal y como ha venido sucediendo con expresiones estéticas de naturaleza efímera surgidas en el último medio siglo; pero sobre todo, tanto los recursos de legitimación del arte, como su expansiva materialidad, han sucumbido con facilidad a ser usados como condiciones para la creación de una identidad artística, y cuya ineludible tentación, es el operar como una estrategia de mercado.
'La galería Gaga ha desarrollado en sus casi tres años de existencia algo así como un espíritu genealógico y de diseminación, ya que a la par de propuestas mexicanas como las de Adriana Lara, Diego Berruecos, José Rojas, Guillermo Santamarina, etc. ha mostrado individualmente artistas internacionales como Claire Fontaine, Antek Walczak, Karl Holmqvist o Carissa Rodríguez, vinculados en mayor o menor medida, directa o indirectamente, a Reena Spaulings Fine Art y sus intereses artísticos y creativos; pero esta actitud de interrelación genealógica, - o como en la que se crean constelaciones, tal y como la define el propio Fernando Mesta –, se verifica además en la naturaleza de las obras presentadas, ya que es común constatar como los artistas convocados por Gaga han desarrollado en sus propuestas una amplia diversidad de relaciones formales, temáticas, estratégicas, anecdóticas o históricas, y las cuales, por lo general, han proporcionado unidad, tanto al interior de cada una de las exposiciones presentadas, como en su conjunto al evidenciar el carácter orgánico de la propia galería Gaga, condición que no puede ser colegida a simple vista ya que exige del espectador detenimiento o incluso una investigación ulterior; después del análisis aquí desarrollado, es evidente que este es el caso de la exposición de Emily Sundblad, la cual se revela no sólo como una intrincada muestra con múltiples implicaciones y tramas, sino como una de las experiencias más coherentes que nos han permitido vislumbrar los complejos mecanismos de la propia galería Gaga, la cual, a pesar de la apariencia austera de su espacio, está logrando cubrir todos los aspectos de una galería global; esta primer exposición en solitario de Sundblad – ya había trabajado individualmente con Amy Granat –, coopera no sólo en ampliar la propia búsqueda creativa de esta artista o la que implica Reena Spaulings; sino además, corrobora que dentro de la compleja red de relaciones que definen al ejercicio galerístico, es factible lograr unidad y fluidez entre los intereses artísticos y creativos de una galería, y la optimización de sus recursos operacionales, comerciales y estratégicos, constructiva constelación de aspectos, que sorprendentemente, es muy difícil de verificar en la mayoría de las galerías de Latinoamérica, México e incluso España.
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