25.2.06

Tercerunquinto, Economía de Solidaridad, Proyectos Monclova.

Tercerunquinto, Proyecto de Economía de Solidaridad.

Sugerente imagen del exterior de la galería Proyectos Monclova, tomada el 6 de Noviembre del 2009 alrededor de las 10:20 de la noche; nótese la tenue luz que surge desde el interior por debajo de la puerta, como invitándonos a tocar con los nudillos y echar andar así los mecanismos de uno de los más intangibles proyectos ideados por Tercerunquinto. Foto: Eduardo Egea.

La galería Proyectos Monclova desde su mudanza a su actual dirección en Goya 6 en la Colonia Mixcoac de la Ciudad de México, ha experimentado un notable cambio de perfil (ver al respecto en el archivo de éste blog), esto ha implicado tanto la entrada como la salida de artistas, dos de sus últimas adhesiones son Christian Jankowski y el colectivo regiomontano Tercerunquinto; éste trío formado en 1996 por Julio Castro, Gabriel Cázares y Rolando Flores, caracteriza su práctica por demoler los limites entre arte y vida, entre el efecto pragmático en la vida diaria y el crítico-reflexivo de sus propuestas; uno de sus recursos constantes, es diseminar las fronteras entre el contexto público y el privado, herramienta ideal para unificar en un mismo espacio-tiempo al arte y la vida: Por ejemplo, durante el 2004, las salas de exposición del MUCA Roma de la Ciudad de México fueron acondicionadas con malla ciclónica para transformarlas en bodegas y poder albergar el menaje de los vendedores ambulantes de la zona; Durante la Novena Bienal de la Habana se instalaron en la fachada de las sedes de exhibición en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lamm, sendos reflectores para iluminar durante la noche el espacio público circundante, ello con la finalidad de utilizar los recursos de la institución cultural para beneficiar el bien común; En el marco de la exposición Dedicated to You but You Weren´t Listening, 2005, la propuesta de Tercerunquinto fue el intervenir directamente la galería pública de arte contemporáneo The Power Plant en Toronto, Canadá; su primer propuesta contemplaba un libre acceso las veinticuatro horas del día que se iniciaba en el vestíbulo, cruzaba el edificio y continuaba hasta una puerta en la parte trasera, pero tal cosa fue imposible, quedando finalmente la intervención a manera de una discreta puerta empotrada en una gran ventana ubicada atrás de uno de los muros del edificio, dándose a conocer por recomendaciones, de boca en boca, libre de cualquier cuota de entrada. Para su primer participación en la galería Proyectos Monclova, retoman ésta idea de la apertura durante todo el día de la galería, pero con un sentido totalmente distinto, ya que durante los siete días que duró el proyecto, abierto sin interrupción del 5 al 12 de noviembre del 2009, se buscó potenciar las actividades comerciales de la galería – como un acto de solidaridad ante la actual recesión mundial –; a partir de ésta premisa Tercerunquinto desistió ejecutar una serie de pasos y consideraciones: “… el colectivo se ha deslindado del trabajo de registro documental de esta pieza y ha transferido dicha responsabilidad al galerísta, quien a partir de este proceso definirá la estética final de la obra; asimismo, el precio, el número de ediciones y su forma de distribución y comercialización serán resultado de una decisión unilateral del galerista.”. Lo que es sumamente interesante de tal posición, es la confluencia de una serie de elementos altamente pertinentes en la actualidad del arte: Por un lado, la renuncia por parte de los artistas a documentar la pieza, dejando la responsabilidad de su materialización y comercialización al galerísta, quien actuá con toda libertad de acuerdo a sus intereses y estrategias; por el otro, como es constante en las prácticas de integración de Tercerunquinto, el colectivo transforma una vez más el uso del espacio en un escenario de negociación cotidiano, a manera de un acto de vida que ocupa la totalidad del tiempo de duración del proyecto, esta vez en una galería de arte privada; desde hace ya décadas, pero particularmente en los últimos años, una de las más discutidas estrategias para la integración del arte efímero al mercado, es el abogar por su recreación legitimada, por ejemplo, los Wall Drawings de Sol LeWitt, se comercializan a través de un certificado, o los performances de Ian Wilson y Tino Sehgal se venden a museos o colecciones de prestigio a través de un documento notarial, (ver análisis de la galería Jan Mot en éste Blog); de tal modo, que éste proyecto aun cuando no implica en primera instancia el pretender ser recreado – ya lo veremos en el futuro –; si tiene en común con estos últimos casos el no ser documentado por los artistas quienes delegaron a un tercero la difícil y delicada confluencia entre producción, visibilidad, legitimación y mercado, pero sobre todo, Tercerunquinto con sus sucesivas prácticas, está cooperando a depurar la paulatina desmaterialización del arte y su integración en el flujo de lo cotidiano; éste anhelo que ha sido acariciado durante décadas por el arte contemporáneo – Situacionismo, Fluxus, etc. – y que está teniendo un lento, progresivo, pero estimulante desarrollo, es una de las más prometedoras posibilidades del arte a futuro, siendo Tercerunquinto uno de los destacados esfuerzos emergentes surgido en la última década desde el arte Latinoamericano que ha explorado ésta vertiente.

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